A diferencia de los últimos años, los hogares mantuvieron el último diciembre el número de visitas a las tiendas de un mes cualquiera (19,4 cestas), y con los carros igual de llenos. Las mismas cestas, pero más gasto, significa que los hogares pagan más por sus compras en diciembre. Más allá de las posibles subidas de precios que se puedan registrar en esas fechas, hay otros factores que hacen que se encarezca la cesta: compramos productos ya de por sí más caros, elegimos más marcas de fabricante y visitamos tiendas con un mayor índice de precios.
De este modo, el pollo y el conejo pierden peso en las compras de diciembre, en favor de la carne de ovino (con un índice de precios un 40% más alto). También crece el lomo embuchado y el jamón ibérico, en detrimento del chóped o la mortadela, con un precio medio casi 4 veces menor, e incluso del jamón curado normal.
La cesta navideña además suele incluir más marcas de fabricante. Aunque éstas han perdido peso en las mesas navideñas en los últimos quince años, la Navidad sigue siendo el periodo más importante. En diciembre acapararon el 68,5% del gasto en alimentación, frente al 63,5% que registraron en el cómputo anual.
Respecto a los lugares de compra, el canal que gana más presencia en Navidad es el hipermercado, que pasa de un 13,2% de cuota de mercado en 2015 para las compras alimentación, a un 14,6% en el mes de diciembre. El especialista, que ha perdido 4,5 puntos de cuota desde 2001 para las compras de Navidad, sigue contando con la confianza del consumidor en estas fechas, especialmente para aquellos productos más estacionales y que requieren una compra más experta. Un 2,7% del gasto en alimentación en diciembre se realiza en pescaderías (2,3% en el resto del año), y las carnicerías y charcuterías reciben un 5,8% (5,3% en el acumulado del año).